Monday, January 31, 2011

olores

Las mil y una noches son un clásico de siempre, desde las versiones infantiles, hasta las que no lo son tanto, aunque no puede decirse que conozca todos los cuentos, apuesto que todos hemos leído Aladino, o  Simbad el marino, entre otros muchos otros como el del caballo volador, el pájaro que habla el arbol que canta y la fuente que cura, el del hombre convertido en perro,  o el de Abou Hassan, el hombre que un día amaneció convertido en sultán, -y al otro día amaneció en el manicomio-,  pero en este caso me quiero referir al cuento del hombre sin pulgares, si, esa historia que cuenta de un hombre al que su esposa le cortó los pulgares porque llegó oliendo a ajo, -no quiero imaginar que le hubiera hecho si hubera llegado oliendo a alcohol-, bueno el cuento dice que uno de las condiciones de la boda, significaba que si el esposo comía ajo, la mujer le cortaría los pulgares y además nunca la volvería a ver, pues odiaba dicho olor.
Es interesante como se le da al olfato tanta importancia en Las mil y una noches, así habla de la canela, el clavo, la pimienta, el azafrán, y muchas otras especias, así de importante son los olores en el libro. Ah que por que digo esto, pues por que en realidad debo confesarlo, me encantan los olores, el ajo y la cebolla, acitronándose, el olor de la carne frita, del té de canela, de un pastel en el horno, del café recién molido, o en la cafetera, de la gelatina cuando esta caliente aún, y el de los lugares.
A ustedes que olores les gustan.

Friday, January 28, 2011

De aves

No se en realidad mucho de aves, excepto como he dicho antes, me gusta mucho observarlas, y encontrarlas, oir a los tildios, a los que llamamos viejitas, el sonido casi industrial de los carpinteros trabajando sobre un tronco, -son velocísimos con su tacatacata-, las voces de imitación de los cenzontles, la elegancia de las garzas caminando entre las aguas, el eterno trabajar de las conguitas caminando como ancianitas en la calle, -pues en cada paso balancean hacia adelante su cabecita-,  me encantan, verlas me recuerda que para lograr algo hay que trabajar y buscar mucho como ellas, antes cuando estudiaba, encontrarlas casi me significaba un día de mucho y provechoso trabajo, los que llamamos enchiladas por lo rojito de su pecho, guardando siempre sus nido y luciendo su color a trinos, hay uno que hace años se que vive en un mezquite cerca de mi casa, todos son tan hermosos.

No se ahora como explicarme despúes de años con encuentros con aves diurnas, he tenido un primer contacto directo y algo aterrador con....Una lechuza, algo increible que no se muy bien como interpretar, pues nunca antes me ha sucedido algo así, salvo un extraño encuentro con un tordo que cayo electrocutado un día casi sobre mi hombro y que provoco algunos gritos de mi parte. La anecdota  es así,  hará algunas semanas sobre un árbol de una casa vecina se posa digamos cronometricamente a las 7 de la mañana una lechuza, había oído de ella días atrás aunque nunca la había visto, incluso dudaba de su existencia, sin embargo hará unos días lo pude comprobar, ahí estaba, sobre las tétricas ramas secas de un sauce, tal vez fue muy tonto de mi parte, pero le grité, esperando que se fuera, y algo extráñisimo alzó el vuelo en picada hacia mi, creo que aún no me repongo de la sorpresa, y mas aún cuando ya creía verme atacada, y cuando la colisión parecía inevitable, cambio su curso de vuelo, pasando a unos metros sobre mi hombro izquierdo.

Creo que le tomaré una foto la próxima vez que la vea.

Friday, January 21, 2011

Caldo Tlalpeño y Collen McCullough

Creo que todos tenemos extrañas relaciones con autores, a veces ni los conocemos, y luego de un tirón leemos tres de sus obras, o al revés las leemos un día y años despúes volvemos a encontrarnos, así me ha pasado con Collen McCullough, que es una escritora de Oceanía, si, de la lejana Australia, aunque actualmente no se donde radique, creo que en una isla, como quiera, es el caso de que así es mi relación con sus libros, una relación de encuentros y desencuentros, desde mi infancia, cuando leí la tormentosa "El pájaro espino", que habla de una chica enamorada de un sacerdote con el que tiene un hijo, y que venía condensada en una revista Contenido, luego pasaron años antes de que por casualidad la encontrara en la biblioteca pública con "Las Señoritas de Misalonghi", que es un cuento de hadas hecho novela, sencillo, divertido y con una moraleja muy bella, aunque en sus palabras "Todos los perros tienen su día, incluso las perras", me encantó, es bella, rosa, tierna y cómica; y luego cuando para mis adentros ya había catalogado a Collen M., como escritora de libros rosas, conozco "El Caballo del Cesar", que es una novela histórica increíble, que reseña los últimos años de la vida de Cesar, los acontecimientos mas importantes del imperio romano de aquellos años, y la venida al poder de Octavio, es maravillosa, aunque es más como una biografía que como una novela, aunque bueno es muy recomendable para entender esa etapa y para quien guste de la ficción historica, más histórica que ficción. Además me entero que en realidad éste es el último de los libros que tiene sobre la serie que realizó sobre Cesar, en fin, la moraleja es que no se debe juzgar por uno o dos libros a un autor.

últimamente no he preparado nada, cuestiones de que diciembre siempre es de mucho trabajo, pero una receta que me encanta pues es un consomé es el caldo tlalpeño, que va más o menos así:

CALDO TLALPEÑO (Versión medio picante)

1 kg. de carne de pollo.
1 cebolla mediana
2 o 3 dientes de ajo
300 gramos de zanahoria
300 gramos de chayote
300 gramos de calabacitas
150 gramos de ejotes (un buen puñito)
5 o 6 chiles cascabel o guajillo
1 o 2 xoconostles o joconoistes (tunas ácidas) opcionales
1 lata chica de chile chipotle. (chile jalapeño seco ahumado)

primero el pollo se lava se deja en limón y sal con agua como 5 minutos luego se enjuaga muy bien, después en agua hirviendo se sirve acompañado de una cebolla mediana a la mitad, los xoconostes pelados y los dientes de ajo, cuando esta listo se sacan del consome los xoconostes el pollo el cual se deshebra, quitandole los huesos, y se aparta, en ese momento al consome se le sirven las zanahorias, los chayotes picados en bastoncitos, los ejotes picados, y por último (despúes de unos minutos) las calabacitas picadas en cuadros, aparte los chiles cascabel o guajillo se limpian, se ponen en agua hirviendo unos 2 o 5 minutos, se retiran del agua y con un poquito mas de su agua se muelen en la licuadora junto con los ajos del consomé y algunos más al gusto, junto con los chiles chipotles, la salsa resultante se cuela sobre el consomé con la verdura, y se junta con la carne deshebrada, y listo, pueden probarlo acompañado de tostadas o tortillas, es algo picoso pero la verdura equilibra el sabor y el chipotle le da un gusto, que tienen que probar.