Sunday, October 25, 2009

Harén

Recuerdo una anecdota que se atribuye creo a San Buenaventura, que dice que un fraile se sentía muy mal por sus escasos méritos, ya que todos los monjes dedicaban alguna actividad específica como el latín, el copiado de libros, el canto y pues como era muy ignorante pensaba que no alcanzaría el cielo, y que al consultarlo con el santo éste le dijo que lo que contaba era el amor a Dios, pues si la anciana, mas pobre, mas humilde y más ignorante amaba a Dios con todo su corazón, precedería a los santos en el cielo.
Siempre me ha parecido una anecdota muy dulce acerca de la importancia de hasta el mas trivial de los trabajos, algo así como pensar que incluso la actividad más simple, abrir la puerta a alguien o guiar a alguien que no sabe una dirección es trascendente.
Otra vez como cabra brinco de un tema a otro y esto por que en realidad deseo platicar de un libro que como dice la canción, aunque ya no lo tengo, no lo he podido olvidar, que es Sueños en el Umbral: Memorias de una niña del harén, de Fátima Mernissi, que es una autora Marroquí, y es que es que como bien dice el libro, es un conjunto de textos que son entre memorias y cuentos de la autora y de su vida en un harén en la ciudad de Fez, en Marruecos a mediados del siglo XX, un harén que quita por completo la arraigada idea que se tiene de ellos por las mil y una noches, y otros libros por el estilo, un harén que es más bien la casa de una familia extendida, en que las mujeres, no pueden salir ni decidir muchas cosas sin el permiso de los hombres de la casa, una casa grande donde viven suegra, hijos, nueras-cuñadas, nietos, hijas repudiadas sueños y realidades, tratamientos de belleza árabe e historias que podrían haber sucedido en muchas partes, mujeres que por ser de cierta familia acomodada y para no perder el prestigio de esa misma familia, no podían salir, ni elegir personalmente los colores para sus bordados, pero que aún así, decidían pensaban y ejecutaban maravillosos planes inclusive feministas en un mundo musulman, como uno no hubiera imaginado quien diría que existen precursoras del feminismo desde el siglo XIX en países musulmanes, es que entre tantas diferencias que existían y existen a la fecha al leer el libro, uno se da cuenta de algo, tenemos todo en común, somos mujeres, y es que aunque ellas como una de sus protagonistas dice, estan enterradas en un maldito haren, y nosotras nos encontramos enterradas en una condenado montón de preocupaciones, seguimos contando cuentos, bordando historias... soñando