Sunday, August 21, 2016

Aprender

la vida nos da lecciones a través de muchas cosas, esta semana me tocó relacionar dos cosas aparentemente inconexas, como son el lavado de trastes y como debe corregirse a alguien, normalmente uno ve una pila de trastes esperando en el fregadero, y generalmente se usan abrasivos para desprender los restos de comida, la nata pegada, el aceite y el cochambre, y bueno yo lo hacía, tallaba vigorosamente con polvo, jabón y fibras muy duras y... si, se limpiaban pero quedan tallados, con rayones, raspaduras hace poco por necesidad a las cacerolas mas sucias, a los pocillos con más residuos, me toco enjuagarlos primero con un trapito muy suave y agua, sin siquiera jabón.... y saben que: en efecto no fue necesario usar los abrasivos, luego con una fibra suave y jabón y listo quedaron limpios, sin talladuras, sin rayones, y es chistoso pues es igual con los correctivos que a veces una recibe, o tiene que dar,  un regaño duro y humillante, a lo mejor corrige pero deja lastimada a la persona que lo recibe, nunca  uno se repone del todo, quedan como raspaduras, como dolores que ahí andan con uno, y en cambio si se hace de manera suave sin lastimar, ni humillar y ayudando a la persona, son cosas que ayudan y se recuerdan como un bálsamo... cuantas cosas verdad.