Saturday, January 23, 2010

Anécdotas

Hace ya algún tiempo (huy que entrada hasta da miedo), si cuando era una estudiante, (estudihambre diría un ex jefe), pues todo era ir a la carrera de lado a lado, era bello, pues tenía que recorrer un centro histórico y hacer prácticas en un edificio bellísimo con columnas de cantera rosa y paredes blancas, que tenía tres pisos (dos pisos además de la planta baja), todo era comenzar desde los más difícil, subir al tercer piso, ir de oficina en oficina, y justo cuando las rodillas, y los jadeos me permitían -tenía que subir rápido- bajar de la misma manera porque había que reportarse en la oficina a las 9 nueve en punto, por lo que tenía que recorrer mínimo 8 ocho oficinas antes si debía llevar mi correcto reporte diario, bueno pero es que además había un premio por así decirlo, pues en la última oficina se encontraba un joven....digamos muy apuesto, inteligente y agradable que iba en el mismo año de la carrera, quien hacía sus prácticas ahí, era una alegria verlo pues siempre tenía una sonrisa o una palabra amable que por así decirlo, me hacía el día, era tal mi gusto en saber que lo vería que sonreía al pasar del segundo piso al primero y de ahí a la primera planta, sentía digamos una emoción en el estómago que se transmitía como si fueran ondas a todo mi cuerpo dijeramos electricidad hasta reventar en una supersonrisa y una sensación tan diferente que bueno, tal vez es necesario aclarar que pues la verdad nunca tuve nada que ver con el que le vamos a hacer, ah....ah...., que cual es el motivo de esta anécdota, a pues que con el tiempo comente con mi madre la rarísima sensación que tenía y la especie de hueco en el estómago que sentía, a lo que sabiamente me dijo algo que no había imaginado tan siquiera, me dijo mi hija, a que hora vas a clase, le dije estoy en clase a las 7, a que hora andas en esas oficinas, pues a las ocho para salir de ahí antes de las nueve, a lo que me dijo mi hija ni que sensaciones ni que nada, lo que tu tienes es !HAMBRE¡, ah caray, la verdad no lo había pensado, pero jajajaja, dio al traste con cualquier idea que se me hubiera ocurrido.

Ah pero por que digo esto por... remitámonos a una novela de la que no recuerdo a su autora pero que creo se llama História de una Monja, la que trata de una muchacha belga que siendo religiosa, se hace enfermera para ir al Congo Belga para trabajar en un hospital con toda clase de enfermos, y la cual luego de creer que tiene mal humor, enojo, depresión así como dudas sobre su vida, se da cuenta que en realidad son sintomas de tuberculosis, y se hace ella misma un análisis para confirmarlo, y en efecto lo confirma, se trata a tiempo y logra la remisión completa de su enfermedad.

Y nuevamente por que digo esto pues porque últimamente me he sentido completamente dudosa, cobarde, derrotada, casi incapaz de tomar una decisión por mi misma, no estoy muy segura si se deba a una ligera bronquitis seguida de otra ligera gripa, o en fin, apuesto que hay mas razones que las sicológicas.