Sunday, January 10, 2016

defunciones

Hola, mil años después, acá ando en un nuevo año, con otros achaques, otros planes, nuevos proyectos y nuevas aventuras, fui a varias comunidades rurales, y he vivido aventuras maravillosas y también varias debridaciones por abscesos, pero bueno esa es otra historia.

También, algo destanteada, pues al inicio de año han fallecido varios familiares, una tía hermana de mi padre, y  la esposa de un tío hermano de mi madre, mi tía, hermana de mi padre, tenía 92 años, ha sido la hermana más longeva y sin embargo fue una mujer desconocida, fue el pilar de su familia, soltera y con la obligación de serlo, la heredera de mi abuelo, y a la vez la persona más ... como decirlo, como si no hubiera sido, que le gustaba, no lo se, que detestaba, no lo se, no tenía muchas amigas, no pertenecía a ninguna asociación o grupo parroquial, no se visitaba con nadie, amaba a sus mascotas, le gustaba el cafe con leche, las telenovelas, la carne de cerdo,  y sonreía de una manera diferente, como supongo era el saludo de los antiguos otomíes o chichimecas, sonreía echando hacia adelante la quijada y mostrando los dientes de la mandíbula, he conocido a muy pocas personas que saludan así,  únicamente a los habitantes de cierta comunidad rural, es una manera que nadie más usa para saludar, solo se le conoció un novio que tuvo por allá de la década de 1940, no había alumbrado público y un tío salió disfrazado de ella y en la oscuridad le pego de escobazos, el susodicho nunca regresó y ella jamás se casó,  tuvo un espíritu muy ahorrativo, aún se le recuerda contando los puñados de frijol que pondría en la olla, un pequeño puñado por persona, y una minúscula bola de masa por persona para hacer tortillas, escondiendo la comida para que no estuviera disponible para quien llegara después de la hora de comer, y sirviendo el café con leche a sus sobrinos en diminutas tazas de juguete. Aún después de años uno podía encontrar pasteles enteros que no se atrevió a servir en alguna fiesta, y que nunca desechó, guardaba todo, llegué a ver  abanicos de mi abuela a quien no conocí, y sus zapatos de punta usados en los 40's,  Desconozco el porqué de tal ahorro, nunca fue muy efusiva, y recordaba anécdotas que llegaba a compartir, pero nunca sobre ella, como si no hubiera tenido una historia propia, nunca jamás sobre si misma, nunca sobre lo que quería o le gustaba, a lo que temía o a lo que ambicionaba, espero que descanse en paz.

La esposa de mi tío era una mujer adulta enferma de una diabetes que no cuidó debidamente, dejó  a sus hijos ya adultos y conoció a sus nietos, también, descanse en paz.