Monday, April 13, 2020

20 casetas entre la Alameda y Pozos.


Cuantas bajadas hay entre la Alameda y Pozos, en la línea que pasa por la tarde y por las mañanas, veinte.
¿Cuántos moteles hay de la Alameda a Pozos?, veintitrés, veinticuatro,Haberlos conocido todos  una habitación por vez, cuartitos pequeños, sórdidos, sin ventanas, o habitaciones con camas enormes y muebles sin desconchar, habitaciones frescas, y otras húmedas y calientes como los gemidos que se oían en cada una, los portazos, los gritos, las malas palabras, veintitrés moteles sin hablarnos, sin decirnos  nada, solo  nos tomábamos la mano y esa era la señal para bajar en la parada más cercana. Debo confesarlo primero dormimos juntos, debo aclararlo, era raro encontrarlo siempre ahí, en la misma línea, yo subía y él ya estaba ahí, días. Semanas, para llegar a trabajar, él listo, aseado, sin exagerar, limpio nada más. Veinte paradas entre mi trabajo y su compañía,  solía dormir en mi hombro cada amanecer, sin que cayeran sus lentes, sin que cayera su maleta, ¿Quién era?, quien sabe, tal vez  un representante de productos farmacéuticos, tal vez un profesor, cómo saberlo, solía dormir a mi costado. Sin hablar, sin decir palabra, y volver y encontrarlo ahí, como si estuviéramos de acuerdo, sin que fuera así, amanecer y atardecer, y así nuestros hombros, luego un día su mano en la mía, y otro, su mano en mi pierna, me sorprendí, yo no era de esa mujeres que se dejaban tocar por desconocidos, pero.¿era un desconocido?,y ahí estaba, su mirada en la siguiente parada, asentí, así, sin conocer su voz, sin conocerlo, su mano en la mía, y así el primero, ese día llegué a casa, no había pasado nada, solo la justificación de un retraso por el tráfico y la delincuencia, al día siguiente no había pasado nada, otra vez durmió junto a mí, ¿quién fue?, nada dijo, nada dije, el siguiente viernes, otra parada, sin palabras,  solo su mano en la mía y la otra ocupada por su maletín, y así, no dije nada durante veintitrés viernes, veintitrés, hasta que no hubo moteles nuevos y huí, cambié de línea y de pasaje. Hay más formas de llegar de Pozos a la Alameda y al revés.

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