Valorar

Soltar palabras a la inmensidad, al silencio, sabiendo que seré ese árbol que cayó en el bosque, que mi voz se perderá en la nada, es a la vez un alivio, estoy sola, ahora todo ha caído y ya me aburrí de ver las ruinas que quedaron, debo ver el paisaje a mi alrededor y tomar alternativas, estoy débil pero viva, mi carácter ya no puede contener mi temperamento, y debo de dejar de ser un pilar de piedra y recuperar carne para sobrevivir, no importa si mi servicio fue bueno o malo útil o inútil, no importan los juicios que los demás tengan de mí, soy estúpida y rabiosamente independiente, aquí estoy, no contaré mis planes, no distribuiré culpas ni diré proyectos.

Mi madre ha muerto, es profundamente doloroso, es terrible perder a alguien a quien amas  y  que te ama y se preocupa por ti, aún tanta guerra subterránea. Sentir que tampoco era un tòtem o alguien perfecto, era sólo un ser humano, con defectos,  y muchísimas virtudes, no quiero compartir con ella su visión de la vida, una vida triste, encerrada, sin opciones, esperando que se adivinara el pensamiento, y esperando cosas que nunca habrían de suceder, guardando rencores vanos y extraños e impidiéndose ser feliz, como que la vida habría que ser a fuerzas un valle de lágrimas, para que valiera la pena haber vivido, basta, basta.  Extraño su presencia, su cariño, sus palabras, sus historias, su comida, extraño payasear para ella, y cantar, extraño su abrazo cada mañana y nuestras bromas, duele su ausencia, duele la incomunicación que propició, duelen tantas cosas.

Aùn me reclamo a mi misma no haber deducido que tenía leucemia, aunque nunca la hubiera hecho padecer quimioterapias, ya tenìa mucho con su presiòn alta, su diabetes, sus problemas en los riñones, fue demasiado, quería que sus hijos le hablaran, pero ella no les hablaba, quería ser amada pero no lo demostraba, quería que volvieran cuando sabíamos que eso era ya imposible, se negaba a amar, sufría, quería tantas cosas que nunca expresó y tanta tristeza por no haber sido valorada como persona por mi padre, quería que viviera para que compensara tanto sacrificio que él nunca vio, pero había muerto. Nunca pudo reclamarle ausencias, rencores, necesidades, dolores, nunca pudo recibir una compensación y nada que otra persona pudiera darle era suficiente, todo debía quedar igual, ninguna idea nueva, ningún movimiento, no se podía compartir,  la familia de mi padre famosa por su avaricia, debió de haberle contagiado esa, el cariño  y el amor no podían salir de un grupo, no se debía amar a nadie más,  es triste, como explicarle que el amor es total y que en el corazón cabemos todos, todos, y que amar es total, no lo entendía.  Espero que haya perdonado tanto dolor que sufrió por las heridas infligidas por todos, y tanto dolor que le causó la enfermedad, espero que haya muerto sabiendo que fue una mujer amada.  Y más allá de eso sólo sus hijos sabemos de los sacrificios terribles que hizo, de los que formó una familia, de personas buenas, útiles e independientes, a pesar de tanto y tanto fue demasiado,  un sacrificio que le costó la vida.