Rebeldía

Tiempo atrás leí una biografía novelada, que se llama Historia de una monja, creo que ya he hablado de esta, bueno es el caso que en una parte de esta novela, la autora describe que a las religiosas de determinada orden, para dirigir y encausar sus pensamientos únicamente a Dios, se les impide que desarrollen afecto hacia cualquier persona, lugar u objeto, cambiandolas incluso de celda cada año, para que no se lleguen a encariñar con ningún espacio ni lugar.

Cualquier seglar (como yo), pensaría, oh, que horrible, sin embargo, en el fondo creo que es una práctica de disciplina útil, pues ellas están obligadas a la obediencia, ciega, completa y total, así si su situación cambia, y se ven obligadas a cualquier sacrificio, este será mas fácil.

Ahora, una confesión algo boba, desde muy pequeña, siempre me sucedía que cuando comenzaba a encariñarme con un libro, un juguete, un vestido o zapatos, estos siempre desaparecían, y bueno.... siempre era una desolación perderlos, era una constante, y como tal bueno uno se acostumbra, así que me acostumbré a dejar ir sin pelear... muchas cosas, así era la vida. Podría decir que ha sido un gran entrenamiento, y que me ha servido mucho, sin embargo... aún queda una flamita de rebeldía.