cuentos y recetas
Cuentos y Recetas
hasta la Maceta
Me encantan los
cuentos desde los clásicos y bellos que integran las mil y una noches, “Aladino
y la lámpara maravillosa”, “los viajes de Simbad el Marino”, los cuentos de Perrault como “Caperucita Roja” y los que recopilaron
los Hermanos Grimm, como “Rapunzel”, son
historias que nos recuerdan nuestra infancia, mundos de fantasía que nos
contaban para dormir, o que ilustrábamos en los libros para colorear, cerramos
los ojos y pensamos en la alfombra mágica que narra Washington Irving en “El Príncipe
Ahmed, el prisionero del amor”, que en lo personal disfruto muchísimo, cuantas
peripecias las de ese príncipe que por ley nunca debía saber lo que era el amor
pero al conocer el lenguaje de las aves, pues no lo pudo evitar… también hay
cuentos mexicanos estupendos que recoge la tradición oral, que nos hablan de un
mundo de realismo mágico que a veces es demasiado puntual y existente, pienso por
ejemplo con ternura y algo de espanto en el cuento de “Carlos Mango”, en las
estupendas historias que nos legó Juan de la Cabada, lecturas que reflejan la
cultura y el andar de un pueblo, en este caso el de México; pienso en los cuentos estadounidenses, como
los que hizo Ray Bradbury, como la Bruja
de Abril, sobre una brujita que se transforma desde una gota de rocío, un ave,
un gato, hasta entrar en el cuerpo de una muchacha, porque quiere saber lo que
es enamorarse, son las historias que sin
quererlo nos introducen en la idiosincrasia de otras culturas, en este caso de
los pequeños pueblos estadounidenses. Siempre en cada país y región hay cuentistas y
cuenteros que exponen desde historias tiernas hasta pavorosas, que somos
afortunados en conocer. Y así, los cuentos son como pequeños dulces, que por su
brevedad se saborean intensamente. Por lo que si ven un libro de cuentos
aprovechen.
Hoy un arroz con
leche clásico
1 taza de arroz
normal
1 raja de canela
2 clavos de olor
1 cucharadita de
vainilla
1 litro de leche
1 litro de agua
4 cucharadas soperas de azúcar.
El arroz se pone a
hervir con el litro de agua, aparte la leche se hierve con la canela, el clavo,
la vainilla y el azúcar, una vez hervida la leche, se cuela y se reserva,
mientras el arroz ha consumido el agua y entonces se mezcla con la leche
endulzada y saborizada, por favor prueben y me dan sus opiniones.
Y ahora con el perdón
de la audiencia, uno mío, un Cuentínimo.
Un día llegarás
del trabajo contento, asoleado y un poco aturdido por el tráfico, pondrás el
saco en el respaldo de una silla, y empezarás a vaciar los bolsillos del
pantalón, saldrán primero las llaves, unas monedas, un paquete de chicles un
llavero sin llaves, un pañuelo, dos clips, un billete y cuando pienses que ya
esta vacío ese bolsillo, sentirás que hay algo más, te acercarás a la luz para
distinguir el objeto que percibes, tal vez una bolsa de canicas, pero no, tu mano percibe algo más, como si tocaras
escarcha y bengalas, curioso y asombrado tomarás con tu puño esa sensación
extraña y entonces... saldrán de ahí innúmeras ideas que agazapadas antes, al
verse libres, como moléculas bailando a la luz, crearán universos.
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