loqueras

Existe una frase que dice: hay días, para reir y días para llorar, pues sí, también existen días que suceden muchas cosas fuera de la rutina, ayer fue precisamente uno de éstos, y no por las cosas que en general sucedieron, si no por las cosas que se leen entre líneas, ¿que por que digo esto?

Pues como explicarme, uno siempre tiene una opinión de si mismo, y lógico, pues cambia conforme nos conocemos, reaccionamos ante las situaciones y las cosas, y conforme crecemos, no se, no creo que haya quien piense que es mala persona, en el fondo uno sabe si se equivoca, o si triunfa, si hizo el mal o el bien voluntariamente, o si fracaso en alguna empresa, pero sucede que cuando creemos ser otra personita gris en el mundo, y no se me mal entienda, quiero decir otra persona mas con ilusiones, esperanzas y acciones regulares, que no sobresale pero que ahí esta, como diría Teresa de Calcuta, otra gota mas de agua en el oceano.... pues resulta que no.

A que viene todo esto, bueno, ayer me sucedio que alguien se acerco para hacer una observación que parecía inocua, simple, que en el fondo encerraba un insulto, claro de hecho no lo capte hasta después, sin embargo lo que si capte fue la mirada que me dirigía mi interlocutor, que de ser simple paso a ser la de una persona asustada, me miraba con miedo, y no era cualquier miedo, era como si al ver en el fondo de mis ojos, hubiera visto el horror, bajo la vista y se fue retirando, y lo peor fue que no recuerdo siquiera haber fruncido el ceño, me saca un poco de control, por que aunque no muy seguido me pasa esto, en fin veremos.